Tempranamente también, solíamos jugar con una idea: “… pues ya ves, las relaciones terminan… nada puede ser eterno… ¿qué sentido tiene entonces representar esta popular farsa? Sin embargo, si todo ésto es un error, si estamos destinados a caer y estrellar nuestras esperanzas contra el suelo, al menos propongámonos saltar desde tan alto como sea posible. Disfrutemos la escalada y tal vez (tal vez no), cuando debamos saltar descubramos que hemos aprendido a volar”.
Había una “otra” composición original (de la imagen), pero luego de sumergirme en mis aguas, traté de sacar del fondo los trozo de honesta vulnerabilidad que encontré y hacer homenaje a esa persona que más de una vez se ha llamado pequeña mientras pronunciaba palabras más grandes que la verdad. Ha sido el agua en mis raices.
Viviendo de cabeza (o tal vez no) muchas veces ya no sé quién habla por mi boca, pero espero que sus palabras hagan justicia.
Al final, es maravilloso el mundo, por cualquiera de sus lados, pero no nacimos con los suficientes dedos para sujetarlo. Gracias, expresión tan simple y gastada, tal vez sea siempre la expresión más certera.
Así que gracias Dara. Gracias siempre.